martes, abril 05, 2005

resucitar oscuramente, tras el largo vacio de la muerte pequeña, de esa muerte antigua que enmudece la voz y ahoga la palabra, que silencia la idea y trunca el afecto y aborta la emoción y estrangula lenta y dolorosamente el gozo y el deseo, que entierra sin dudar carne y pensamiento para abonar otra inevitable primavera...



foto: ian britton