viernes, junio 02, 2006

porque mientras duermes nada se ha detenido, la vida, perverso mirón, escribirá la historia del encuentro, del breve intercambio, de la ausencia, del recuerdo de una sonrisa apenas entrevista, apenas inocente, de la memoria de una piel de seda cruda que hizo de tu piel una herida abierta, con los nervios desnudos dibujando el mapa de una tierra incógnita que, al despertar, buscarás en el fondo de cada mirada, sin descanso, irremediablemente, cuando llegue la nueva madrugada.