viernes, julio 14, 2006

si no hay nombre para el destino, no hay destino. pero que no haya nombre para el camino hace más consistente tu andar, porque nadie puede dar nombre a los caminos; los caminos solo son en la cabeza del caminante, distópicos, utópicos, o apenas un recuerdo vago en el descanso de una noche sin fecha en la posada donde, sin saberlo nadie, se cruzan tres líneas de futuro que cuando elijas crearán senderos.

foto: txiribiton