definir el límite, dibujar fronteras, dar nombre al extraño y unificar criterios para definir extranjería, poner fuera los miedos, encerrarse, amamantarse en todos los sueños paranoides... o, alternativamente, dejarse vivir en libertad, al borde, el alma a los cuatro vientos y el hogar en un horizonte inalcanzable.


foto: ian britton

ahí afuera hay un camino que te espera, que te llama, que sueña tu nombre, que pone nombre a tus sueños, que promete viaje y riesgo y aventura si renuncias al tibio bienestar de tu interior y rompes el cristal, si aceptas en plena libertad que sea el sendero quien marque para tí sentido y dirección, ruta y destino.



foto: gwenaël bollinger

soy uno con el mundo, mi sexo hincado en tierra explota en mil flores azules con el orgasmo glorioso de la nueva primavera.



foto: ian britton

escondido en mi rincón, lloraré la soledad, la falsa suficiencia, la tramposa seguridad, la farsa sostenida, el impagable costo de un mecanismo de defensa ineficiente y aburrido... lloraré a escondidas... y negaré cualquier debilidad si no hay testigos.


foto: andrew comer

esperaré confiado la gloria y el milagro de una primavera que acude, también, a ese lugar donde la más leve muestra de agua se evapora y deja al sol el esqueleto sutil de los cristales transparentes de la sal y el hombre comparte con la tierra el alma mineral de los volcanes.



foto: martin serrano

su presencia da sentido a la inmensidad azul que la circunda, concede perspectiva al horizonte sin fin, sus límites borrosos permiten repensar el vacío sin temor y en esta tarde de primavera soñar de nuevo soledades viajeras...


foto: ian britton